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Brasil y una página histórica para el balonmano americano (foto EuroSport) |
Las cariocas dieron ayer el batacazo y ante más de 19 mil serbios vencieron al local en la final del Mundial. Es la primera vez que una selección de Sudamérica se consagra campeón del mundo. Las claves del éxito de un proyecto. El recorrido del campeón.
El 22 de diciembre de 2013 es quizá la fecha más importante de la historia del handball sudamericano. Ayer Brasil confirmó su crecimiento y en una tremenda final venció 22 a 20 al local Serbia para consagrarse campeón mundial femenino, algo impensado años atrás. No obstante esto es resultado de un gran trabajo por parte de la confederación brasileña que incluyó un proyecto que es todo un éxito.
Sin dejar nada al azar Brasil cuenta en la actualidad con un acuerdo con el club austriaco Hypo en el cual se decidió que la base de la selección carioca se desempeñe allí. Esto permitió a las jugadoras no sólo afianzarse como grupo sino también mejorar y aumentar su roce internacional ya que se trata de un importante club de Europa.
El equipo dirigido por el danés Soubak Morten llegó a este Mundial tras un sólido quinto puesto en la Copa que lo tuvo como organizador en 2011 y una muy correcta participación en los Juegos Olímpicos de Londres, en donde ya había demostrado estar a la altura de potencias como Noruega, Montenegro o Dinamarca. Además, otro indicio del gran momento por el que pasaba el handball brasileño ya antes de este mundial organizado en Serbia tuvo que ver con la elección de Alexandra como la mejor jugadora del año 2012.
En este contexto Brasil realizó un Mundial 2013 sin fisuras ya que terminó invicto a pesar de medirse con enormes equipos. En primera ronda las sudamericanas ya habían vencido a Serbia en tanto que también superaron a China, Japón, Argelia y nada menos que a Dinamarca. En Octavos las brasileñas le ganaron a un siempre difícil equipo holandés para enfrentar a Hungría en Cuartos de Final. Ese fue uno de los partidos más complicados del torneo ya que Brasil necesitó de dos tiempo extra para vencer al durísimo conjunto húngaro en un inolvidable 33-31.
Brasil superó ese día una difícil prueba de carácter y rendimiento. A partir de allí fue un equipo imparable. En semifinales volvió a verse las caras con Dinamarca y otra vez dejó en claro su superioridad para hacer historia y llegar a la final.
Como era de esperarse la final contó con mucha paridad pero también con la gran capacidad de reacción de un equipo brasileño que demostró tener gran cantidad de variantes de juego y de nombres en su plantel. A Alexandra y Duda Amorim (elegida mejor jugadora de la Copa) se sumó el aporte en momentos clave de jugadoras como Nunes y la arquera Barbara.
En un partido muy difícil que llegó igualado a falta de dos minutos para el cierre, Brasil reaccionó en el momento justo y fue más inteligente que las Serbias para alcanzar el 22 a 20 final. Así las cariocas dieron el batacazo y escribieron una inolvidable página en un deporte tan europeo como el handball. Este logro demuestra que con una buena estructura y un proyecto a largo plazo se puede soñar con cosas importantes. Además es un gran paso para el balonmano de nuestro continente que viene en gran crecimiento en los últimos años.
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